Carta a un hombre malo

Gracias.
Sí, gracias.
Gracias por haberme enseñado más que cualquier maestro y que cualquier escuela.
Gracias por haberme lastimado tanto. Por aprovecharte de mí de todas las maneras posibles.
Me usaste.
Me mentiste.
Me manipulaste.
Abusaste física y psicológicamente de mi.
Me maltrataste.
Me pisoteaste.
Me dabas miedo.
Me provocabas.
Y aún así, lo único que conseguías de mi era buen trato, cariño y hasta, por momentos, afecto.
¿Acaso no te preguntabas por qué reaccionaba de una manera totalmente contraria a la que esperabas y buscabas?
¿Acaso no viste la maravillosa oportunidad que te dió la vida de hacer las cosas bien?
¿O era justamente eso, ver reflejado en otro todo lo que no eras, lo que te daba tanta rabia?
¿O tal vez fue el amor incondicional de mi familia lo que no podías soportar?
¿Acaso sabés lo que es el amor?
Te fui a buscar pidiendo ayuda, desnudé mi alma y mi corazón.
Tuviste todo para hacer las cosas bien.
Todo.
Y lo único que vieron tus ojos, esos ojos cínicos, fue una oportunidad.
Una oportunidad de abuso, de manipulación y un lugar perfecto donde ejercer tu poder.
Nunca, en ningún momento, te planteaste la oportunidad de hacer las cosas bien.
O incluso de no hacer nada.
No.
Te gustaba el poder.
Te gustaban los juegos mentales.
Te gustaba tener bajo tu suela a las personas.
Y esa vez me tocó a mi.
¿Soy una víctima?
No. ¿Por qué habría de serlo?
Si al fin y al cabo te estoy agradeciendo por todo eso.
Y eso es algo que tampoco entenderías.
Y es que me hiciste crecer.
Me hiciste dar cuenta que tan fuerte puedo ser.
Me hiciste dar cuenta que no está mal sentirse vulnerable y pedir ayuda.
Me hiciste dar cuenta que la vida me tenía preparado algo hermoso.
Y para llegar a eso tenía que atravesarte.
Y te agradezco de nuevo.
Sin vos hoy no estaría acá de la manera en la que estoy.
Sin vos no podría ayudar de la forma en que ayudo hoy.
Sin vos no hubiese podido ir a lo profundo de mi interior y recuperar la escencia de mi alma.
Gracias.
Gracias por lastimarme.
Gracias por mostrarme todo lo que no debo ser nunca en la vida.
Y lo siento mucho.
Siento que tengas la vida que tenés.
Siento que solo tengas dinero y poder.
Ojalá algún día conozcas el amor de un padre, de un amigo.
Ojalá algún día ames.
Y aprendas.
Y entiendas.
Y evoluciones.
Y te arrepientas para tus adentros.
Yo no necesito ninguna disculpa.
Y lo siento de nuevo.
Siento que los pocos que te rodean no te conozcan.
Siento que no sepan lo que sos realmente.
Siento que tengas que vivir disfrazado.
Siento tu falta de afecto real.
Siento tu infancia.
Siento tu odio.
Siento tu envidia.
Siento que ante cualquier dificultad tengas que escapar a otra realidad.
Siento que lo único que tengas sea a vos mismo.
Debe ser muy feo convivir con vos mismo.
Lo siento mucho.
Y gracias.

